No a la eutanasia.
El derecho a la vida es un derecho fundamental y universal. Por tanto el hombre no tiene ningún derecho sobre su vida ni sobre la vida de los demás, en la tradición ética del respeto a la vida, la dignidad humana es invariable, no se disminuye a causa de la enfermedad, el sufrimiento, la malformación o la demencia.
Más aún, como lo muestra la experiencia, la adversidad biológica o psiquica puede ser ocasión de ulterior ennoblecimiento.
La muerte natural y serena es el fin deseable de toda vida humana, por esto es perfectamente legitima la lucha contra el dolor.
Basandonos en estos principios nacidos de la recta razón, se debe rechazar la eutanasia cuando implica la decisión de anticipar el final de una vida, que la enfermedad o la vejez parece haber convertido en insostenible, o como el acto de acabar deliberadamente la vida de un enfermo incurable para poner fin a su sufrimiento.
Es por tanto, contrario a la ética y socialmente desorientador, legislar sobre la supresión de las vidas de inocentes. Toda ley que lo autorice estará sujeta a abusos impredecibles.
Independientemente de que un Parlamento apruebe o no un proyecto sobre la eutanasia, debemos recordar, que no todo lo que está legalmente permitido, es moralmente licito.
Comentarios
De nosotros depende las decisiones que tomemos
Cada uno sabrá que hacer
Legislar sobre el cuerpo de los demás lo encuentro un desacato a la naturaleza
Saludos