Ayudar a los demás.

Vivimos unos momentos en los que pienso que se debe decir, asi no puedo seguir, tengo que ayudar a los demás. Lo primero es no cruzarse de brazos ante esta obligación, viviendo exclusivamente atentoa los propios intereses personales, dejando pasar los dias, matando el tiempo, o en ese ir tirando, como ordinariamente se dice, es creer que esto es posible. Si no creemos que podemos salvar a nuestros contemporaneos de la ignorancia, del error, del sectarismo beligerante, del ateismo reinante, ni siquiera lo intentaremos. Crer en la Verdad y creer en su fuerza de convicción, en su capacidad de abrirse paso, como un rio impetuoso que atraviesa los montes. Esto es lo primero, creer en la Verdad. Creer en la Verdad, vivirla, enseñarla. Este deber de difundir la Verdad es particularmente urgente en un tiempo como el nuestro, en que el materialismo agresivo no descansa ni regatea sus recursos para convencer al hombre que él es la verdad, él quien la crea. No hablar, no moverse, no estar p...