El borrico de noria.

La obra Platero y yo, de Juan Ramón Jiménez, es una obra universal en que la poética del amor puro entre un hombre y su asno superan los limites de la edad, es un libro que conviene leerlo de niño, pero que se entiende mejor de adulto. No solo asisitimos al ciclo vital de Platero, sino que lo vemos en su dimensión animal de compañero del hombre, está dotado de una alegre y retozona personalidad, es inocente, y es vulnerable, lo vemos pasar accientes que le causan dolor: pisa una espina, le pica una sanguijuela, le pican los tabanos, la coz de un potro, además de los estragos de la agonia, ocupando una presencia en el recuerdo del poeta, quien lo entierra cerca de su casa. Al releerlo este verano, me ha venido a la memoria, el gran cariño que San Josemaria Escrivá, le tenia a la figura del burrito, hablaba de la teologia del borrico, y lo explicaba diciendo que lo amaba por razones ascéticas: en su gran humildad San Josemaria se veia como un borrico sarnoso, y en su deseo d...