¿Donde podemos ir ahora?

Antes solo ocurria en las grandes ciudades, las inhumanamente cuadriculadas por las más duras leyes económicas, pero tambien se ha hecho extensivo a los pueblecitos idilicos y de ensueño. Hoy ya se venden las montañas, y zonas de solaz a precios de escándalo, en vez de dedicarlas a espacios naturales, jardines o parque de recreo. Si alguna zona verde se salvó, cada vez está más silenciosa, alli dormitan algunos ancianos, y los perros carácteristico e hitérico sucedaneo de los niños, pasean y juguetean por ellos debidamente sujetos a la correa. No hay sitio para los niños y mayores, para un padre e familia es heroico encontrar un lugar con paz y tranquilidad, por no poder estar ya donde siempre fué su lugar. La ternura, la tranquilidad, el lugar de los antepasados, no cuenta ya para nada, que tristeza se siente cuando se obliga a olvidar las raices, y todo se apoya en la especulación. Por si faltaba algo se compran coches lo más potentes posible para huir, donde pode...