No tener miedo.

El mayor enemigo del hombre, es el temor. Temor ¿a qué?, diréis. Al mal, especialmente al que el mismo hombre se imagina y se crea día tras día en su mente y corazón. Este es el enemigo que cada uno debemos empezar por vencer, y cuando tan funesto enemigo lo hayamos vencido, estará vencidos casi todos los demás. Es necesario que en este momento crítico en que el mundo vive tengamos más amor y menos temor; o en otras palabras: más amor a Dios y al prójimo y menos miedo a las circunstancias. Si así lo hiciéramos, el mundo cambiaría de la noche _a la mañana, porque tan pronto como nosotros cambiásemos de forma de pensar y de ser habría cambiado todo. Tan pronto como cambie nuestro estado mental habrá cambiado el panorama del mundo, y el porvenir lo podremos mirar confiados y sonrientes, por cuanto detrás de las tinieblas de la amargura y el dolor nos esperan el placer y el gozo pero para conseguir tal fin es indispensable una condición: practicar el amor, si no lo hacemos no ...