Evitar la indiferencia.

Cuando estamos bien y nos sentimos a gusto, nos olvidamos de los demás " y " nuestro corazón cae en la indiferencia ". Esto es parte de lo que dice el Papa Francisco en su mensaje de Cuaresma, haciendo énfasis en el gran desafío actual de "la globalización de la indiferencia". La atención a nuestro prójimo no debe ser sólo en catástrofes o situaciones graves, en donde es inminente nuestra participación, sino estar codo a codo en su vida diaria, para apoyarlo en lo que esté al alcance de nuestras posibilidades; sobre todo, en lo que concierne a su vida espiritual y a su salvación eterna. Buscar hacer el mayor bien posible, dará resultados positivos, que tal vez no veamos, pero… que ahí están, fructificando.