Lectura y esfuerzo
La lectura bien llevada, es un esfuerzo de propia superación. El lector mejor dotado no conseguirá, sin verdadero empeño de su parte, retener su atención veinte minutos seguidos en el objeto de su lectura cuando esta se sale de los carriles más transitados de lo publicitario o de lo erótico; en otras palabras, cuando la atención tiene que remontarse sobre la propia capacidad de captación y no simplemente dejarse caer por el declive del instinto, de la moda, o del reclamo llamativo.
Multitud de ideas se hacen presentes en nuestra mente cuando leemos. Muchas de ellas en buena lógica vienen ralacionadas directamente con el mismo tema de la lectura; pero otras son ni más ni menos que ideas parásitas que con esfuerzo debemos apartar. Dejadas a su simple impulso serian capaces de arrastrarnos muy lejos de nuestros derroteros, como las rémoras de las antiguas leyendas hacian con las embarcaciones que se internaban por el océano todavia desconocido.
La lectura supone esfuerzo, exige una disciplina, impone su propia ascesis de la atención. La comprobaciñon de este tributo forzoso que han de pagar desanima a muchos buenos lectores en agraz.
Pero no sobrevendria tal desánimo si en la acción de leeer supieramos apreciar, no lo que de nosotros exige, sino lo que nos proponemos alcanzar co ella. La lectura puede ser, si tomamos el rumbo debido, el vehiculo que nos conduzca donde queremos ir.
De los libros podemos aprender, por lo menos, tanto como de la vida. Y es posible que ese aprendizaje sea ventajoso si se pone cuidado en escoger los libros.
Cuanto se adelanta consultando que libros se deben y pueden leer, a quien pueda aconsejarnos.
Multitud de ideas se hacen presentes en nuestra mente cuando leemos. Muchas de ellas en buena lógica vienen ralacionadas directamente con el mismo tema de la lectura; pero otras son ni más ni menos que ideas parásitas que con esfuerzo debemos apartar. Dejadas a su simple impulso serian capaces de arrastrarnos muy lejos de nuestros derroteros, como las rémoras de las antiguas leyendas hacian con las embarcaciones que se internaban por el océano todavia desconocido.
La lectura supone esfuerzo, exige una disciplina, impone su propia ascesis de la atención. La comprobaciñon de este tributo forzoso que han de pagar desanima a muchos buenos lectores en agraz.
Pero no sobrevendria tal desánimo si en la acción de leeer supieramos apreciar, no lo que de nosotros exige, sino lo que nos proponemos alcanzar co ella. La lectura puede ser, si tomamos el rumbo debido, el vehiculo que nos conduzca donde queremos ir.
De los libros podemos aprender, por lo menos, tanto como de la vida. Y es posible que ese aprendizaje sea ventajoso si se pone cuidado en escoger los libros.
Cuanto se adelanta consultando que libros se deben y pueden leer, a quien pueda aconsejarnos.
Comentarios
Y aunque soy una enamorada de ellos, hay algunos que donde mejor estarían es en la hoguera...Un abrazo ¡¡¡
los libros son nuestra mejor compañía, y leer los buenos es un placer. Aunque te confieso que, a mi edad y habiendo leído tantos,en la actualidad tengo como un nuevo entretenimiento leer todo lo que cae en mis manos, pues ahora yo determino el que me agrada o nó y los cualifico a mi manera.
Muy buen post,vale la pena leerlo.
Un afectuoso beso.
Juliana
(ICUE, anda, cámbiate la foto que parece que la has puesto al sol a ver si palidece. Un abrazo de un nuevo fan)
Un abrazo
La última vez que fui a comprar uno para ellos en la tienda me aconsejaron un título de éxito para jóvenes. Puede ser que resultara muy entretenido para ellos por tratarse de aventuras trepidantes pero si leías la contraportada los héroes eran asesinos de lo peor. Hay que tener cuidado.
Saludos
sALUDOS
Con todo cariño
In tentare cambiar la foto
Un abrazo
Saludos
sALUDOS
mUY UNIDO A TI CON TODO CARIÑO Y AFECTO