Generosidad
Llegó el momento de bajarse el anciano, y con fuerza puso las flores sobre la falda de la joven.
Como me he dado cuenta de como te han gustado las flores, y creo que a mi esposa le gustaria que tú las tuvieras, le voy a decir que te las he dado.
La joven agradeció con mucha alegria las flores, y obsevó como el anciano después de bajar del autobús atravesaba la puerta de un pequeño cementerio.
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