Ayudar a los demás

Vivimos unos momentos en los que pienso que se debe decir así no puedo seguir, tengo que ayudar a los demás. Lo primero es no cruzarse de brazos ante esta obligación, viviendo exclusivamente atento a los propios intereses personales, dejando pasar los días, matando el tiempo, o en ese ir tirando, como ordinariamente se dice, es creer que esto es posible. Si no creemos que podemos salvar a nuestros contemporáneos de la ignorancia, del error, del sectarismo beligerante del ateismo reinante, ni siquiera lo intentaremos. Creen en la verdad y creer en su fuerza de convicción, en su capacidad de abrirse paso, como un río impetuoso que atraviesa los montes. Esto es lo primero: creer en la verdad. ...