Todos somos corresponsables.
Todos los padres hemos experimentado alguna vez un cierto apuro cuando nuestros hijos han ejercido de niños fuera de casa. En un hotel, en un avión, en un cine, una iglesia, una sala de espera, una tienda… hemos recibido seguramente miradas inquisidoras o quizá llamadas de atención porque los pequeños hacían ruido, tocaban lo que no tenían que tocar o enredaban más de la cuenta.
Por supuesto que los menores maleducados pueden estropearnos la comida, el viaje, la película o la estancia, como también nos los estropean los adultos maleducados, que también los hay. La responsabilidad de la mala educación de los primeros es de los padres y la de los segundos de ellos mismos, y no tenemos por qué pagar el pato los demás. Pero en el caso de niños normales, deberíamos soportar ciertos inconvenientes por bien de su propia socialización, del mismo modo como admitimos –o deberíamos admitir las limitaciones de las personas mayores
Los niños pueden resultar pesados, inoportunos, molestos, pero tienen derecho a vivir en sociedad. Sus padres son responsables de ellos, por supuesto, pero todos tenemos una cierta corresponsabilidad, por lo menos, la de permitir y favorecer su integración social.
Comentarios
Perdón por el rollo.
Tu si que sabrás mucho de educación de niños/as, siendo padre de familia numerosa.
Estoy contigo en lo que tu dices de que la educación es responsabilidad de los padres y luego los maestros y la sociedad.
Recibe un abrazo desde Xirivella(Valencia).
No se pueden dar todos los caprichos ni tampoco cortar las alas de esta temprana edad.
Un abrazo.
Un abrazo!
http://tertuliacofradecruzarborea.blogspot.com/
Un abrazo
Un abrazo
Un abrazo
Un abrazo
Un fuerte abrazo
Gracias