Cuando se camina de noche y se alarga la vista hacia una luz lejana que representa el hogar, es muy dificil precisar con exactitud la distancia, esta puede ser poca o mucha, asi se encontraban los Profetas cuando esperaban la redención de su pieblo, nadie podia decir con exactitud cuando llegaria el Mesias, sabian esperar.
Estamas en tiempo de Adviento, estamos en espera de que llegue Jesús, lo esperamos como los Profetas, con la ilusión de que en poco tiempo estará entre nosotros, preparemonos bien.
Cuando llegue la Navidad, el Señor debe encontrarnos atentos y con el alma dispuesta, preparemos este encuentro con el sacramento de la penitencia.
Es necesario luchar para mantener este espiritu de vigilia, nuestra tendencia es vivir con los ojos puestos en las cosas de la tierra, no dejemos que en este tiempo nuestros corazones se ofusquen con la glotoneria y los cuidados de esta vida, fijemonos en quien viene y a que viene, y celebremoslo, claro que si, el acontecimiento merece la pena.
Pero salgamos con corazón limpio a recibir a Jesús, por que ya le vemos en la lejania que está llegando.
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