Un día penitencial.
La próxima semana llega el Miércoles de Ceniza, es el principio de la Cuaresma; un día especialmente penitencial, en el que manifestamos nuestro deseo personal de conversión a Dios.
Al acercarnos a los templos a que nos impongan la ceniza, expresamos con humildad y sinceridad de corazón, que deseamos convertirnos y crecer de verdad en el Evangelio.
Este día, que para los católicos es día de ayuno y abstinencia, igual que el Viernes Santo, se realiza la imposición de la ceniza a los fieles. Debíamos fijarnos en las palabras que acompañan a esta imposición: "Convertíos y creed en el Evangelio"
Un buen ejercicio de Cuaresma es la Confesión. Si lo entendemos de verdad con la mente y el corazón, sentiremos la necesidad y la alegría de experimentar este encuentro, en el que Dios, dándonos su perdón a través del sacerdote, crea en nosotros un corazón nuevo, para que podamos vivir una existencia reconciliada con ÉL.
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