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Mostrando entradas de mayo, 2013

Depende de quien son las manos

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Leo una historia que nos hace reflexionar sobre la confianza que tenemos en Dios y cómo para Él no hay nada imposible. Una pelota de basketball en mis manos vale 19 dólares En las manos de Michael Jordan vale 33 millones de dólares Depende de quien son las manos Una pelota de baseball en mis manos vale 6 dólares En las manos de Marck McGuire vale 19 millones de dólares Depende de quien son las manos Una vara en mis manos podrá ahuyentar a una fiera salvaje En las manos de Moisés hará que las aguas del mar se separen Depende de quien son las manos. Una honda en mis manos es tan solo un juguete En las manos de David es un arma potente Depende de quien son las manos Dos peces y cinco piezas de pan en mis manos son unos emparedados En las manos de Jesús alimentarán a una multitud Depende de quien son las manos Unos clavos en mis manos serán suficientes para construir una silla En las manos de Jesucristo traerán salvación al mundo entero

Actitud de los padres

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Albert Einstein decía que “Dios utiliza las coincidencias para seguir en el anonimato”. Algo parecido debemos hacer los padres: interferir lo mínimo en el desarrollo personal de nuestros hijos, permanecer en un segundo plano, dejarles crecer. Eso no significa, lógicamente, que tengamos que desaparecer, ni mucho menos, sino que tenemos que estar, pero sin que se note demasiado; de lo contrario, no dejaremos que sean ellos los protagonistas de su vida.

Definición de hijo

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He leido hoy una definición de José Saramagp, Premio Nobel de Literatura, que por su profundidad creo nos puede servir a muchos para valorar más a nuestyros hijos. "Hijo es un ser que Dios nos prestó para hacer un curso intensivo de como amar a alguien más que a nosotros mismos, de como cambiar nuestros pores defectos para darles los mejores ejemplos y, de nosotros, aprender a tener coraje. Si, !esto es! Ser madre o ser padre es el mayor acto de coraje que alguien pueda tener, por que es exponerse a todo tipo de dolor, principalmente de la incertidumbre de estar actuando correctamente y del miedo a perder algo tan amado. ¿Perder? ¿Como? ¿No es nuestro? Fué apenas un préstamo... El más preciado y meravilloso préstamo ya que son nuestros solo mientras no pueden valerse por si mismos, luego le pertenece a la vida, al destino y a sus propias familias. Dios bendiga siempre a nuestros hijos pués a nosotros ya nos bendijo con ellos".

Romeria a la Virgen en el mes de Mayo.

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Así aprendí hace muchos años como hacer una Romería a la Virgen en el mes de Mayo. Relata del historiador Andrés Vázquez de Pradala romería que San Josemaría realizó el 2 de mayo de 1935 a la ermita de Nuestra Señora de Sonsoles (Ávila, España). En mayo, mes que la Iglesia dedica a la Virgen, muchos cristianos tienen la costumbre de honrar a la Madre de Dios realizando una romería. En el libro ‘El Fundador del Opus Dei’, el historiador Andrés Vázquez de Prada relata el viaje que San Josemaría, acompañado por dos estudiantes, realizó a Ávila para honrar a la Virgen en su ermita de Nuestra Señora de Sonsoles. Actualmente, en esa ermita, una placa recuerda la primera romería del fundador del Opus Dei. “Cuando se acercaba el final de curso y contaba en Ferraz con un buen plantel de gente joven, del que esperaba vocaciones y residentes para el próximo año, don Josemaría (...) quería agradecer a Nuestra Señora, de una manera especial, los favores que de ella habían recibido

La Santa Misa

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La celebración de la Santa Misa constituye el “sacrificio de alabanza” por excelencia. Por ello, no podemos participar de cualquier modo en la celebración eucarística, sino que nuestra actitud, interna y externa, ha de ser la propia de quienes reconocen la grandeza de Dios, la majestad de su Gloria. Si una persona que no compartiera nuestra fe asistiese ocasionalmente a una celebración de la Santa Misa, ¿cuál sería su impresión? ¿Podría sospechar, por la piedad del sacerdote, que realmente aquel hombre está prestando a Jesucristo su voz, sus manos, sus gestos, para que se actualice sobre el altar el Sacrificio del Calvario? ¿Podría intuir, contemplando a los fieles, que verdaderamente creen en lo que dicen creer? Ante la grandeza admirable de la Eucaristía, el corazón del creyente se estremece y no puede más que hacer suyas las palabras del Centurión: “Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una palabra tuya bastará para sanarme”. Pero esa humildad y fe ardientes s