Primero cambiemos nosotros

 
Es importante que nos demos cuenta de la diferencia de vivir con un propósito determinado a vivir llevados de acá para allá por la corriente del mal, nos semejamos a un barco cuando en alta mar se encuentra a merced de las olas, sin brújula y sin timón, que por grande que sea la nave y por muy potentes motores que tenga, de nada le servirán al carecer de timón para gobernar y de brújula para orientarse.
Algo parecido ocurre en el mundo, de nada servirán todos los adelantos si nuestra conciencia y corazón no funcionan normalmente. Seremos llevados a merced de todo aquello que más pronto o más tarde nos conducirá a la perdición
 
Esto es lo que debemos evitar sin dar lugar a que prenda la mecha de ese fuego que todo lo destruye, y que se parece a un volcán cuando despierta con toda su furia y violencia y lanza la lava candente en todas direcciones.
El fuego de las pasiones de las envidias, de las venganzas, es el peor fuego que existe y el más difícil de apagar cuando prende, como ha ocurrido en nuestra sociedad.
El evitar que ocurra depende de nosotros, podemos preguntarnos como, y es muy sencillo; procurando extirpar el error, llenado nuestra mente de verdad y de bondad el corazón, he aquí en breves palabras la formula sencilla para cambiar la situación mundial, empezando cada uno por si mismo:
"No hemos de esperar que las cosas cambien; cambiemos nosotros, y todo estará solucionado."
 

Comentarios

CHARO ha dicho que…
Así es, tenemos que cambiar cada uno de nosotros para que veamos un cambio a nivel más universal.De no producirse ese cambio en cada persona el fuego que describes nos "devorará".Saludos cordiales
Sara O. Durán ha dicho que…
Solo a través de la fe podremos superar tantos problemas.
Un abrazo.

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