COMPARTIR.
Las tareas domésticas no dejarán de ser motivo de conflictos entre las parejas mientras no cambiemos el prefijo del verbo repartir para compartir no sólo los trabajos del hogar sino todo lo que tenemos en común. Cuando repartimos, distribuimos; cuando compartimos, participamos y nos implicamos. “Yo plancho y tú cocinas”, si lo hacemos porque así nos lo hemos repartido, tarde o temprano acabará detonando el fulminante de algún conflicto; si lo hacemos porque compartimos nuestra vida, el “yo” que plancha y el “tú” que cocina es un “nosotros”.
Además, para repartir hay que partir, para compartir, no.
Además, para repartir hay que partir, para compartir, no.
Comentarios
El respeto, la confianza y la entrega mutua aúpan el matrimonio a cotas insospechadas, y hacen que cualquier desavenencia se oculte con la comprensión, y si hace falta el perdón.
Gracias por compartir.
Un fuerte abrazo.
Lo importante es lograr compartir equilibradamente las tareas. Eso aporta muchas ventajas, como más tiempo para disfrutar juntos. Muy buen post. Muchos besos.
Compartir es dar, el enemigo principal del compartir son nuestros egos al que deberíamos apartar
Salud!!
Un abrazo
Saludos
Un abrazo
uN FUERTE ABRAZO
uN ABRAZO