Dar algo de lo que hemos recibido.

No seria justo generalizar, pero una mayoría de las generaciones jóvenes están preocupadas e inmersas en un alocado discurrir, y quizás llevadas por una falsa modernidad y progreso, no reparan en la soledad y abandono que se encuentran muchas personas mayores que viven en soledad.

Es de justicia que a ellos que tanto han dado a la sociedad, se les arrope de alguna forma.

La sabiduría de una sociedad, la altura ética, se demuestra dando como mínimo algo de lo que se ha recibido, y de los mayores, quien no ha recibido los frutos de una vida de entrega, de generosidad desbordante, el ejemplo de un trabajo bien hecho, el amor a la familia etc.

No podemos dejarnos llevar por una sociedad deshumanizada, que solo quiere lo que produce bienestar y placer, estos mayores no piden nada, solo sentirse acompañados y queridos.

Comentarios

CHARO ha dicho que…
Una triste realidad lo que cuentas, los mayores parece que "estorban" y se les tiene abandonados .....estoy viviendo una triste experiencia con mi vecina viuda y ahora enferma, tiene tres hijos casados y apenasse ocupan de ella así que yo le echo una mano en todo lo que puedo ya que le tengo mucho afecto y me da mucha pena las circunstancias que está viviendo.Saludos cordiales
llorenç Gimenez ha dicho que…
Hola Icue.. Te felicito por el post.. Me atrevo a dejarte un fragmento de "Solitud" la obra cumbre de Víctor Catalá (Caterina Albert)
"Por debajo de ellos sólo se veía el oleaje de las montañas, montañas inmensas y silenciosas que se alebraban, se aplanaban en la quietud sombría del ocaso, como una neblina negra se tendía sobre ellas amortajándolas.
Mila buscó en aquel desierto azul la mancha alegre de una columna de humo, de una casita, de una figura humana,... pero no descubrió nada, ni la más pequeña señal que denunciara la presencia y la compañía de los hombres.
-¡Qué soledad! -murmuró, aterrada, y sintiendo que el corazón se le ponía tan sombrío o más que aquellas profundidades."

Un abrazo..
Sara O. Durán ha dicho que…
La sociedad se hizo hedonista y muy hueca. No se tiene consideración ni para el anciano, ni para los niños, ni para el discapacitado, ni para aquel que represente competencia. Es una pena. Hemos involucionado, en un utilitarismo impresionante.
Un abrazo.

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