!!!! NO SON RIVALES !!!!
La enseñanza religiosa
y la educación cívica no tienen por qué ser rivales. En el sistema educativo
español hay margen para hacer espacio a ambas, de un modo que respete la
neutralidad del Estado, la libertad religiosa y el derecho de los padres a que
sus hijos reciban la formación religiosa y moral según sus convicciones. Pero
el gobierno de Pedro Sánchez ha escogido una fórmula divisiva, que dice mucho
de su visión de la sociedad.
El argumento de la aconfesionalidad es recurrente entre los
contrarios a la enseñanza religiosa en las escuelas públicas. En él se apoyó el
grupo parlamentario socialista del Congreso de los Diputados para impugnar ante
el Tribunal Constitucional (TC) la asignatura de Religión y otros aspectos de
la LOMCE. El recurso fue desestimado el pasado mes de abril.
Los socialistas imaginan dos sistemas morales
irreconciliables: uno laico, genuinamente democrático, y otro basado en
doctrinas religiosas, siempre bajo sospecha
En el fallo, aprobado por ocho votos contra cuatro, el TC
recuerda a los recurrentes que el Estado tiene un “mandato [constitucional] de
cooperación con las confesiones” y que el principio de “aconfesionalidad o
laicidad positiva” no exige expulsar del espacio público el hecho religioso.
Al mismo tiempo, la sentencia sostiene que la configuración
como asignatura de la enseñanza de la Religión es “un cauce adecuado para el
ejercicio por los progenitores del derecho a que sus hijos reciban la formación
religiosa y moral de acuerdo con sus convicciones.”
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