Contaba mi tío que cuando él y mi padre eran adolescentes y él andaba metido en algún movimiento juvenil, ante las advertencias de mi abuelo, mi padre le defendía diciendo: "déjale que vuele, papá". Esta anécdota, de la que me enteré por primera vez este verano, días antes de morir mi padre, me hizo entender por qué mi padre nunca quiso ponernos barreras a sus hijos en nuestro desarrollo personal y profesional. Mis padres nunca hicieron sentirnos mal por el hecho de tener que irnos lejos de casa, a pesar de lo que les costaría. Siempre me ha admirado la generosidad de los padres que renuncian a tener a sus hijos cerca por el bien de estos. Así ha sido el caso de los nuestros. No cabe más que agradecer que te hayan dejado volar alto, perseguir tus objetivos, renunciando a tenerte al lado. Pero al final el Señor ha premiado esa generosidad. Todos hemos tenido ocasión de acompañarle periódicamente durante estos tres años y medio. Mi padre ha muerto después de que cada uno de s...
Hoy dia cabalga desbocada la cultura de la muerte para las personas, es el aborto, es la manipulación de embriones es la eutanasia.... Un casi ejemplar nos da toda una lección de comportamiento ante la eutanasia. Olga Bejano, de 43 años, lleva más de 20 años presa de un cuerpo inmovil, con una total dependencia: dice que el mejor tratamiento para su enfermedad es el "cariño terapia". Esta mujer ejemplar escribe su tercer libro, sin poder mover ni un párpado, le van indicando las letras y ella con un pequeño movimiento dice que esa letra es la que hay que escribir. En su último libro, Olga Bejano dice: "La vida es tan intensa, tan inmensa, tan hermosa y tan grande como el mar. Cuando llegamos a este mundo, el viento sopla fuerte en el barco de nuestra vida. A medida que vamos creciendo, aprendemos a vivir con el mar en calma, picado, incluso en tempestad. Pero un dia, sin saber muy bien poe qué, el viento deja de soplar. Entonces, tenemos dos opciones: llorar, lo cual...
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